LA PITAYA Y SUS MÚLTIPLES PROPIEDADES
Otra de las particularidades de esta fruta exótica es que su periodo de floración dura sólo una noche, es el tiempo en el que tiene lugar la polinización para dar paso al fruto. Las flores son grandes, blancas, muy bonitas y, además, emiten una fragancia realmente agradable y de fácil percepción.
Compuesta en su mayor parte por agua, la pitaya contiene minerales esenciales como el hierro, el calcio y el fósforo, así como infinidad de vitaminas (vitaminas B1, B2, B3 y C) idóneas para tener nuestro organismo sano. Está especialmente indicada para las personas que padecen de colesterol y para aquellas que se preocupan por reforzar su sistema inmunológico.
La fruta del dragón es un alimento diurético que, aparte de impedir la retención de líquidos, te aporta hidratación.
Siendo una fuente de vitamina C, se la considera una fruta con un fuerte poder antioxidante, lo que quiere decir que ayuda a retrasar los signos de envejecimiento en tu piel. Del mismo modo ayuda a minimizar el riesgo de sufrir enfermedades de carácter degenerativo y cardiovascular.
Si deseas perder peso puede ser una buena aliada por el hecho de que su contenido calórico es mínimo.
Las semillas que están presentes en el sesenta por ciento de la pulpa de esta fruta tropical son comestibles, mejoran los procesos intestinales y ayudan a prevenir el estreñimiento. El componente dominante en sus semillas es la captina, una sustancia que actúa para reducir las arritmias y para el buen funcionamiento del corazón.
Y ¿CÓMO SE COME?
La mejor manera de comer la pitaya es... ¡hacerlo cómo más te guste! pero una buena opción es cortándola por la mitad para después ir sacando la pulpa con una cuchara o simplemente pelarla y cortarla al gusto para degustarla a cada bocado.
Resulta exquisita y refrescante en batidos, zumos, ensaladas, helados, mermeladas, macedonias o como guarnición, aportando a cualquier plato un toque exótico e innovador.
Ahora que conoces mejor esta fruta tan atractiva, ¿te animas a probarla?